Evaluaciones de desarollo educativo

Los psicólogos y neuropsicólogos infantiles comprenden el desarrollo y el aprendizaje infantil normal y anormal. A medida que los niños enfrentan demandas cognitivas y académicas cada vez mayores conforme pasan los años, a menudo existe la necesidad de reevaluaciones periódicas. Es posible que algunas condiciones no revelen su impacto total hasta años más tarde, como ocurre con las demandas de multitarea de la escuela secundaria, o el aumento de la carga de trabajo y las demandas de escritura de la escuela secundaria.

Aunque el Ministerio de Educación en Israel considera que una evaluación es válida durante 5 años, la mayoría de los psicólogos estarían de acuerdo en que un intervalo de 3 años es probablemente el más largo entre evaluaciones, especialmente para niños con presentaciones complejas y que necesitan intervenciones y adaptaciones actualizadas para optimizar su funcionamiento.

La reevaluación también puede ser útil para determinar si una intervención determinada está teniendo el efecto deseado. Por ejemplo, si un niño disléxico ha recibido una intervención de lectura intensiva, evaluar sus habilidades de lectura después de 12 meses ayudará a decidir si continúa, suspende o reemplaza el enfoque de lectura específico.

1. Si tu hijo toma medicamentos, asegúrate de consultar con el examinador si las debe tomar o no el día de la prueba.
2. Si la condición física o el estado emocional de tu hijo se ve comprometido de alguna manera el día de la prueba, informa al examinador. Por ejemplo: sentirse mal; tomar medicamentos que le produzcan sueño; una mala noche de sueño anterior; un duelo por la pérdida de algún familiar, etc. Este tipo de cosas pueden afectar el desempeño en algunas de las pruebas utilizadas para las evaluaciones psicológicas y en general, las pruebas deben posponerse.
3. Asegúrate de que tu hijo duerma bien por la noche antes del examen. Estar somnoliento durante los exámenes puede afectar la concentración general en tareas cronometradas en particular.
4. Asegúrate de que tu hijo no tenga hambre ni sed antes de la prueba. Tu hijo debe traer un refrigerio si la prueba durará varias horas.
5. Asegúrate de que tu hijo se sienta cómodo preguntando y tomando descansos conforme lo neceiste. La prueba puede parecer abrumadora. Los descansos son un buen momento para tomar un refrigerio, ir al baño o montarse en una pelota de ejercicios.
6. Asegúrate de que la evaluación de tu hijo esté programada para el momento adecuado del día. Para los niños en edad preescolar y primaria suele ser por la mañana. Los adolescentes generalmente obtienen mejores resultados a media día y temprano en la tarde (siempre que no hayan ido a la escuela más temprano ese día). Si los niños han ido a la escuela, lo más probable es que no puedan demostrar sus habilidades ideales.

Muchos niños pueden preguntarse por qué se les hacen estas pruebas y si les pasa algo. Escucha las preocupaciones y sentimientos de tu hijo acerca de la evaluación y responde lo más directamente posible. Es recomendable tranquilizarlo. Una preparación adecuada ayudará a tu hijo a rendir al máximo, le permitirá disfrutar de una experiencia de prueba agradable y ayudará al examinador a obtener los resultados más fiables posibles.

El objetivo de la preparación es ayudar a tu hijo a estar lo más cómodo, relajado y motivado posible el día del examen. Al explicarle por qué está siendo evaluado, debes ofrecerle la seguridad de que la información recopilada de la evaluación ayudará a sus padres, a sus maestros y a otros a comprender mejor sus experiencias, qué tipo de problemas o dificultades ha pasado y en qué tipo de cosas es realmente bueno o no tan bueno y, lo más importante, si existen intervenciones y adaptaciones para ayudarlos. Es importante explicar que la evaluación no es inusual.

Cada escuela ofrecerá diferentes recursos dependiendo de su presupuesto y necesidades. Es mejor consultar con una escuela específica sobre las adaptaciones para los exámenes, si asignan o no horas en su horario para asistencia profesional y, de ser así, qué incluye esto: ayuda personalizada con un profesor de hebreo profesional, ayuda en grupos pequeños, apoyo de voluntarios, etc. Si es posible, es mejor hablar con los otros padres de Olim en la escuela sobre su experiencia.

Siempre es mejor consultar con el guía vocacional, especialmente en escuelas que no están acostumbradas a tener niños Olim. Es posible que tengas que interceder a nombre de tu hijo.

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