No repitas tu experiencia profesional y tus etapas de vida, ya que ya aparecen en el CV. Sólo escribe por qué estás interesado en el puesto.
¿Qué logros has alcanzado en tus trabajos anteriores, qué roles de liderazgo has tenido y qué has aprendido anteriormente que demuestra que eres el candidato adecuado para el cargo? Asegúrate de explicarlo brevemente de 2 a 3 puntos, con ejemplos concretos, especialmente si tienes una habilidad o experiencia significativa que, en tu opinión, la mayoría de los candidatos no tienen.
¿Qué te gustaría aprender o experimentar y cómo atribuye a tus ambiciones? Recuerda escribir de manera concisa. El objetivo es mostrar que ese trabajo concuerda con lo que buscas (y que no te vas a ir después de un corto tiempo porque encontraste algo más adecuado). Si puedes relacionar tus ambiciones con lo que hace la empresa a la que te estás postulando, hará que tu carta de presentación sea más creíble. Evita forzar la conexión entre ambos, el reclutador lo notará fácilmente.
En conclusión, explica claramente por qué estás enviando tu CV y por qué eres relevante para el trabajo.